Autor del artículo educativo:
TEMES
SERRANO, Daniel Alejandro (2010). "Proyecto de Difusión Pedagógica e
Inclusión Digital". Santa Cruz de Tenerife (Islas Canarias-España)
[registrado]
Entender la educación precisa de una contextualización previa que nos
ponga en contacto con la realidad que percibimos: dónde, cuándo, cómo se educa,
a quién y por qué se hace de una forma y no de otra, con qué recursos contamos
y que políticas mediatizan el sistema de enseñanza o hasta qué punto se pueden
introducir innovaciones y mejoras en todo el escenario instruccional. De hecho,
no podemos concebir una interpretación clara y concisa de la misma sin observar
detenidamente el entorno que nos rodea y desde luego no podemos remitirnos
solamente a los que consideramos más
próximos.
En primer lugar, debemos ser conscientes de que vivimos en un planeta
globalizado, en el marco occidental del Primer Mundo, en un sistema capitalista
y consumista que está dominado por los cánones del mercado e invadido por las
Nuevas Tecnologías que conforman cada día más nuestra manera de ser y
relacionarnos con los demás. Paralelamente a esta cuestión, percibimos sin ofrecer
apenas resistencia como los “Mass Media” y
la moda ejerce una gran influencia sobre nuestra manera de vivir, pensar y
consumir además de configurar nuestros patrones de conducta hacia una dirección
preestablecida.
Por otra parte, formamos parte de una sociedad industrial caracterizada
por las grandes revoluciones tecnológicas que han producido una enorme
incidencia en todos los ámbitos en los que se desenvuelven las personas. Este
hecho conlleva un camino lleno de infinitas posibilidades de acción pero
también una gran responsabilidad.
En consecuencia, debemos prestar gran atención a cómo se produce,
reproduce, percibe, transmite e interpreta la información y qué fuentes son más
o menos fiables. El mensaje que transmite la familia, los medios de comunicación,
las escuela y en general la sociedad de la información no siempre es el
adecuado y en ocasiones no se interpreta adecuadamente. Para alcanzar este
nivel de abstracción debemos aprender a reflexionar, interpretar y procesar la
información y analizar la vinculación que tiene ésta en el desempeño de nuestra
vida en sociedad.
Una vez clarificadas las cuestiones contextuales, podemos afirmar que la
educación es una herramienta que utilizamos (adecuadamente o no) para resolver
los problemas que se nos van planteando en la vida. Ésta se nos presenta como
un sistema complejo compuesto por múltiples parcelas como el “sí mismo”, la
familia, la pareja, los amigos, la escuela, el trabajo y el entorno social que
nos rodea, lo que precisa de la interpretación adecuada del conocimiento
disponible y de la adquisición continuada de habilidades y destrezas para
desenvolvernos en nuestro ecosistema.
Todo este proceso de aprendizaje, adaptación, aclimatación y ensayo-error
se activa a partir de una socialización temprana (a través de la familia y la
escuela) y una posterior maduración e internalización de los aprendizajes que
se debe renovar a partir de las nuevas experiencias y que debe culminar con la actualización
permanente del conocimiento disponible.
El hecho de analizar profundamente
nuestra realidad, tanto personal como próxima o global tiene gran relevancia y
repercusión a la hora de establecer cambios, mejoras y buscar posibles
soluciones a las dificultades con las que nos vamos a enfrentar. Siendo ésta una
tarea bastante compleja y controvertida por las infinitas aportaciones
divergentes que genera, no es fácil llegar a un consenso adecuado para todos.
Por otro lado, podría vincularse
dicha responsabilidad a la labor de políticos, profesores, padres o profesionales (de cada especialidad) pero más
que un trabajo individualizado, balcanizado o departamentalizado, esta cuestión
debe abordarse desde una perspectiva
holística, de apoyo y cooperación. Por ello hay que insistir en la
necesidad de no aislar las variables sino
de todo lo contrario relacionarlas.
En la medida en que participen mayor número de agentes (no sólo
políticos, legisladores y expertos) en los procesos educativos, éstos cobrarán
un mayor carácter democrático y equitativo y además se podrá producir un
acercamiento a los casos más específicos que precisen de una atención
individualizada.
Pasando a otra cuestión no menos importante, hemos de tener claro el
hecho de que la falta de educación es tan negativa como la “mala educación” por
lo que luchar contra los procesos que distorsionan la realidad deben llevarnos
a ser críticos y cuestionarnos tanto los orígenes de difusión de información
como los mensajes que portan las fuentes “no científicas” también llamadas
pseudociencia. De ahí la necesidad de inspeccionar la trayectoria de
aprendizaje de cada sujeto y de cada sociedad, las familias, la escuela, los
medios de comunicación, las nuevas tecnologías, los libros de texto etc.…
Todas las fuentes de conocimiento mencionadas en el párrafo anterior son
susceptibles de emitir mensajes “poco fiables” y en última instancia también
debemos tener en cuenta si el tipo de aprendizaje que lleva a cabo el sujeto es
el adecuado y si el profesor, maestro, educador o responsable de transmitir el
mensaje está capacitado para discernir la validez y pertinencia de lo
transmitido.
Evaluando cómo se engendran todos los problemas citados y a través de una
ciencia multidisciplinar como la
Pedagogía podemos de-construir situaciones que producen
efectos no deseados y construir nuevos soportes de conocimiento válido. Faure (1972: 116) añade:
“La educación, por el conocimiento
que proporciona del ambiente donde se ejerce, puede ayudar a la sociedad a
tomar conciencia de sus propios problemas y que, a condición de dirigir sus
esfuerzos a la formación de hombres completos, comprometidos conscientemente en
el camino de su emancipación colectiva e individual, ella puede contribuir en
gran manera a la transformación y la humanización de las sociedades”1
En virtud de todo lo expuesto, debemos elaborar estrategias eficaces y eficientes para ofrecer soluciones a la multiplicidad de problemas educativos que originan un marco social indeseable, inestable e imprevisible, como es el que caracteriza a nuestra sociedad actual.
Autor del artículo educativo:
TEMES
SERRANO, Daniel Alejandro (2010). "Proyecto de Difusión Pedagógica e
Inclusión Digital". Santa Cruz de Tenerife (Islas Canarias-España)
[registrado]
Este comentario ha sido eliminado por un administrador del blog.
ResponderEliminarEste comentario ha sido eliminado por un administrador del blog.
ResponderEliminar