sábado, 8 de septiembre de 2012

EDUCACIÓN PARA EL SIGLO XXI: RETOS Y OBJETIVOS



Autor del artículo educativo:
TEMES SERRANO, Daniel Alejandro (2010). "Proyecto de Difusión Pedagógica e Inclusión Digital". Santa Cruz de Tenerife (Islas Canarias-España) [registrado]

Entender la educación precisa de una contextualización previa que nos ponga en contacto con la realidad que percibimos: dónde, cuándo, cómo se educa, a quién y por qué se hace de una forma y no de otra, con qué recursos contamos y que políticas mediatizan el sistema de enseñanza o hasta qué punto se pueden introducir innovaciones y mejoras en todo el escenario instruccional. De hecho, no podemos concebir una interpretación clara y concisa de la misma sin observar detenidamente el entorno que nos rodea y desde luego no podemos remitirnos solamente  a los que consideramos más próximos.
En primer lugar, debemos ser conscientes de que vivimos en un planeta globalizado, en el marco occidental del Primer Mundo, en un sistema capitalista y consumista que está dominado por los cánones del mercado e invadido por las Nuevas Tecnologías que conforman cada día más nuestra manera de ser y relacionarnos con los demás. Paralelamente a esta cuestión, percibimos sin ofrecer apenas resistencia como los “Mass Media” y la moda ejerce una gran influencia sobre nuestra manera de vivir, pensar y consumir además de configurar nuestros patrones de conducta hacia una dirección preestablecida.
Por otra parte, formamos parte de una sociedad industrial caracterizada por las grandes revoluciones tecnológicas que han producido una enorme incidencia en todos los ámbitos en los que se desenvuelven las personas. Este hecho conlleva un camino lleno de infinitas posibilidades de acción pero también una gran responsabilidad.
En consecuencia, debemos prestar gran atención a cómo se produce, reproduce, percibe, transmite e interpreta la información y qué fuentes son más o menos fiables. El mensaje que transmite la familia, los medios de comunicación, las escuela y en general la sociedad de la información no siempre es el adecuado y en ocasiones no se interpreta adecuadamente. Para alcanzar este nivel de abstracción debemos aprender a reflexionar, interpretar y procesar la información y analizar la vinculación que tiene ésta en el desempeño de nuestra vida en sociedad.
Una vez clarificadas las cuestiones contextuales, podemos afirmar que la educación es una herramienta que utilizamos (adecuadamente o no) para resolver los problemas que se nos van planteando en la vida. Ésta se nos presenta como un sistema complejo compuesto por múltiples parcelas como el “sí mismo”, la familia, la pareja, los amigos, la escuela, el trabajo y el entorno social que nos rodea, lo que precisa de la interpretación adecuada del conocimiento disponible y de la adquisición continuada de habilidades y destrezas para desenvolvernos en nuestro ecosistema.
Todo este proceso de aprendizaje, adaptación, aclimatación y ensayo-error se activa a partir de una socialización temprana (a través de la familia y la escuela) y una posterior maduración e internalización de los aprendizajes que se debe renovar a partir de las nuevas experiencias y  que debe culminar con la actualización permanente del conocimiento disponible.
El  hecho de analizar profundamente nuestra realidad, tanto personal como próxima o global tiene gran relevancia y repercusión a la hora de establecer cambios, mejoras y buscar posibles soluciones a las dificultades con las que nos vamos a enfrentar. Siendo ésta una tarea bastante compleja y controvertida por las infinitas aportaciones divergentes que genera, no es fácil llegar a un consenso adecuado para todos.
Por otro lado,  podría vincularse dicha responsabilidad a la labor de políticos, profesores, padres o  profesionales (de cada especialidad) pero más que un trabajo individualizado, balcanizado o departamentalizado, esta cuestión debe abordarse desde una perspectiva  holística, de apoyo y cooperación. Por ello hay que insistir en la necesidad de no aislar las variables sino  de todo lo contrario relacionarlas.
En la medida en que participen mayor número de agentes (no sólo políticos, legisladores y expertos) en los procesos educativos, éstos cobrarán un mayor carácter democrático y equitativo y además se podrá producir un acercamiento a los casos más específicos que precisen de una atención individualizada.
Pasando a otra cuestión no menos importante, hemos de tener claro el hecho de que la falta de educación es tan negativa como la “mala educación” por lo que luchar contra los procesos que distorsionan la realidad deben llevarnos a ser críticos y cuestionarnos tanto los orígenes de difusión de información como los mensajes que portan las fuentes “no científicas” también llamadas pseudociencia. De ahí la necesidad de inspeccionar la trayectoria de aprendizaje de cada sujeto y de cada sociedad, las familias, la escuela, los medios de comunicación, las nuevas tecnologías, los libros de texto etc.…
Todas las fuentes de conocimiento mencionadas en el párrafo anterior son susceptibles de emitir mensajes “poco fiables” y en última instancia también debemos tener en cuenta si el tipo de aprendizaje que lleva a cabo el sujeto es el adecuado y si el profesor, maestro, educador o responsable de transmitir el mensaje está capacitado para discernir la validez y pertinencia de lo transmitido.
Evaluando cómo se engendran todos los problemas citados y a través de una ciencia multidisciplinar como la Pedagogía podemos de-construir situaciones que producen efectos no deseados y construir nuevos soportes de conocimiento válido. Faure (1972: 116) añade:
“La educación, por el conocimiento que proporciona del ambiente donde se ejerce, puede ayudar a la sociedad a tomar conciencia de sus propios problemas y que, a condición de dirigir sus esfuerzos a la formación de hombres completos, comprometidos conscientemente en el camino de su emancipación colectiva e individual, ella puede contribuir en gran manera a la transformación y la humanización de las sociedades”1
 En virtud de todo lo expuesto, debemos elaborar estrategias eficaces y eficientes para ofrecer soluciones a la multiplicidad de problemas educativos que originan un marco social indeseable, inestable e imprevisible, como es el que caracteriza a nuestra sociedad actual.
 
Autor del artículo educativo:
TEMES SERRANO, Daniel Alejandro (2010). "Proyecto de Difusión Pedagógica e Inclusión Digital". Santa Cruz de Tenerife (Islas Canarias-España) [registrado]




2 comentarios:

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  2. Enrique Temes Nistal8 de agosto de 2013, 6:31

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