martes, 18 de septiembre de 2012

REVOLUCIÓN EDUCATIVO-FORMATIVA EN UNA SOCIEDAD TECNOLÓGICA RADICAL

Autor del artículo educativo:
TEMES SERRANO, Daniel Alejandro (2010). "Proyecto de Difusión Pedagógica e Inclusión Digital". Santa Cruz de Tenerife (Islas Canarias-España) [registrado]


La educación no es tan solo aquello que se percibe de manera unidireccional durante el proceso de transferencia de conocimiento. Es decir: ni existe un único emisor, ni hay un único receptor, ni si utiliza un único medio y menos aún se porta un exclusivo y único mensaje. Todo se ha diversificado y tecnologizado hasta un punto inimaginable con la evolución de las formas de comunicación.
Sobre todo en los últimos quince años, tanto las fuentes de información como la interdependencia entre destinatarios y emisores se han multiplicado al plantearse nuevas infraestructuras que han posibilitado la creación de una gran red de comunicación (desde las plataformas digitales, la telefonía móvil, al imparable Internet), cambiando por completo los estilos de vidas de las personas. Este cambio se debe a que las nuevas tecnologías han proliferado en cuanto a variedad, acceso e importancia para la vida social.
Tradicionalmente solo nos relacionábamos dependiendo de una socialización primaria y secundaria, es decir, por medio de la familia y por parte de la escuela. Con respecto a esta última institución el cometido educativo era llevado a cabo por los profesores a través de materiales educativos, como por ejemplo los libros de textos, fichas, etc. Dicha educación precisaba de un espacio y un tiempo concreto (el centro escolar o el seno familiar) donde la información era “única” y con un soporte determinado y tradicional.
Las relaciones interpersonales, entre iguales y entre niños y adultos, al margen de la educación académica eran más naturales, en cuanto a contacto físico, emocional y vivencial. Los niños y adolescentes solían realizar sus actividades en espacios abiertos, y éstas se caracterizaban por tener un carácter físico, vital y participativo. Se desarrollaba un tipo de juego creativo y colaborativo y la generación-recepción de habilidades sociales, que implicaba intercambio de vínculos afectivos y emotivos era evidente en las dinámicas de los jóvenes tanto en el tiempo de ocio como en el aula.
Si tuviéramos que sintetizar un día en nuestra vida actual, podríamos apreciar el cambio de lo descrito hasta el momento (referente al desenvolvimiento de las relaciones naturales con respecto a las artificiales propiciadas por el progreso):
-Nos despertamos con un despertador digital-analógico o con el teléfono móvil (habiendo programado éste el día anterior para que suene la alarma).
-Encendemos el ordenador (normalmente más de uno por hogar incluyendo algún pc portátil) que tenemos en nuestra habitación para comprobar si tenemos algún e-mail, leemos algún artículo de un periódico digital y mientras, escuchamos alguna canción (descargada previamente de la red). Si estamos buscando empleo nos conectamos a nuestros enlaces on-line donde tenemos insertado nuestro curriculum vitae en alguna E.T.T. de Internet.
-En lo referente a lo laboral, si tenemos una  agenda (PDA) electrónica la actualizamos por medio del ordenador o si tenemos un trabajo que nos exige una rendición de cuentas con cierta periodicidad mandamos un informe de nuestra actividad a nuestros superiores (rapport).-
-Nos dirigimos a nuestro puesto de trabajo con los auriculares conectados a un reproductor de Mp3, Mp4 o Ipod o por el contrario escuchamos música en el coche, bien oyendo la radio o un CD previamente grabado por nosotros.
-A la hora de elaborar la mayoría de los trabajos académicos o de oficina se nos exige un documento impreso, y si tenemos la necesidad de trabajar en grupo necesitamos traer un portátil, un cañón retroproyector y un pen drive (u otros soportes homólogos) para la transferencia de información.
-Los universitarios, por ejemplo, en el caso de los alumnos de la ULL, utilizan su tarjeta electrónica identificativa para acceder al parking, para sacar libros de la biblioteca, para consultar notas, para sacar dinero de los cajeros, para el transporte público y muchas otras cuestiones de las que destaca el acceso al campus virtual donde se desarrolla una docencia no presencial (con todas las ventajas que eso supone).
-En el tiempo de ocio vemos películas on-line, descargamos videojuegos y accedemos a dominios como You Tube, Hotmail, Messenger y Comunidades Virtuales (como el Tweenty o el Facebook).
-En definitiva, compramos, arreglamos nuestra declaración de la renta, jugamos, visualizamos fotos, chateamos intercambiando archivos y videos, trabajamos elaborando nuestros propios Powerpoints, contactamos con amigos o parientes lejanos y cercanos, investigamos y estudiamos, nos informamos de noticias a tiempo real y todo ello con una misma herramienta: el ordenador, que conectado a una autopista de información como es Internet gestiona y organiza nuestro ocio y trabajo.
Estas son algunas de las acciones cotidianas que jóvenes y adultos nos hemos habituado a realizar, puesto que nos hemos adaptado a la vida, el consumo, la economía y las relaciones dadas como un producto de mercado. Sin darnos cuenta hemos interiorizado una manera de hacer, ser y pensar que define nuestro lugar dentro de la sociedad de la información y la comunicación.
Se puede afirmar que los sistemas de formación se adaptan a las exigencias de los tiempos que corren. El acceso permanente al aprendizaje es un reto que supone superar barreras de todo tipo: espaciales, temporales, institucionales, curriculares y en un mundo cada vez más individual y competitivo tenemos que formarnos cada vez más y mejor. Por ello debemos adaptarnos a nuevas nomenclaturas y tipos de formación para estar a la vanguardia de los cambios que van surgiendo en el campo educativo  y empresarial.
Las nuevas situaciones requieren nuevas medidas, nuevas infraestructuras, nuevos modelos e importantes procesos de adaptación y adecuación, es decir, las TICs (Tecnologías de la Información y Comunicación) hacen posible la creación de un nuevo espacio social donde las personas se relacionan y se genera una conducta y un hábito diferente donde la simbología y la forma de comunicarse es muy variable aunque no siempre del todo precisa.  En definitiva, para “encajar” en este sistema, hay que adquirir nuevas habilidades, destrezas y conocimientos y esta finalidad entra dentro del objetivo que se proponen algunas instituciones de aprendizaje como la que yo pretendo crear (T-Gestión Empresarial y Formativ@).
A medida que se van introduciendo las nuevas tecnologías en la sociedad se vislumbra una nueva necesidad más allá de leer, escribir, aprender historia o matemáticas, en la escuela, o realizar cualquier tarea mecánica en una oficina y es la necesidad de introducir conocimientos tecnológicos e informáticos y enseñar su uso evitando también su abuso.
Para algunos, el mundo de las NNTIC, es un contexto alienante donde los usuarios caen hipnotizados con los videojuegos, los “chats” y los temidos “espacios X”. Muchos sujetos afirman que tanto en sus casas, como en el puesto de trabajo y el colegio, instituto o universidad, pasan horas idiotizados y encerrados, ensimismados, alejados del mundo real, del juego al aire libre, de la compañía humana, de la naturaleza. Se hacen antisociales e incluso llegan a albergar algún tipo de psicosis.
La gran mayoría de nosotros aprendemos vicios como dejar encendido el Messenger en el puesto de trabajo; nos atiborramos a enviar y recibir correos basura;  en la escuela se fomenta el “cortar y copiar” y la ley del mínimo esfuerzo; en definitiva estamos desvirtuando el valor de las NNTT, dejando que prepondere un uso corrompido de tan valioso medio, en lugar de aprovecharlo para mejorar, investigar y formar. Sólo así podremos ayudar a frenar el caos creciente de pérdida de valores, consumo radical, individualismo y patrones de conducta mal encaminados.
Por otra parte, existen algunas personas que conciben el uso de las TICs como una fuente ilimitada de recursos y posibilidades de aprendizaje, como el acceso total a una vida organizada, automatizada (sin llegar al extremo), como una red de comunicación constante que permite estar interconectado con el mundo.
El móvil, el canal digital, los e-mails, forman parte de nuestra manera de relacionarnos y resolver nuestras dinámicas laborales, de ocio y  hasta sentimentales. La tecnología es nuestra compañera constante y con un uso “ético”, “moral” y “responsable” puede contribuir a nuestro desarrollo individual e incluso posibilitar un crecimiento a otros niveles (afectivo, familiar, laboral, empresarial y a última instancia social).
En definitiva -citando a Manuel Area Moreira- las Nuevas Tecnologías suponen: “el desarrollo de procesos formativos dirigidos a que cualquier sujeto aprenda a aprender (es decir, adquiera las habilidades para un autoaprendizaje de modo permanente a lo largo de su vida);  sepa enfrentarse a la información (buscar, seleccionar, elaborar y difundir aquella información necesaria y útil); se cualifique laboralmente para el uso de las nuevas tecnologías de la información y comunicación; y tome conciencia de las implicaciones económicas, ideológicas, políticas y culturales de la tecnología en nuestra sociedad”. 


Autor del artículo educativo:
TEMES SERRANO, Daniel Alejandro (2010). "Proyecto de Difusión Pedagógica e Inclusión Digital". Santa Cruz de Tenerife (Islas Canarias-España) [registrado]

sábado, 8 de septiembre de 2012

EDUCACIÓN PARA EL SIGLO XXI: RETOS Y OBJETIVOS



Autor del artículo educativo:
TEMES SERRANO, Daniel Alejandro (2010). "Proyecto de Difusión Pedagógica e Inclusión Digital". Santa Cruz de Tenerife (Islas Canarias-España) [registrado]

Entender la educación precisa de una contextualización previa que nos ponga en contacto con la realidad que percibimos: dónde, cuándo, cómo se educa, a quién y por qué se hace de una forma y no de otra, con qué recursos contamos y que políticas mediatizan el sistema de enseñanza o hasta qué punto se pueden introducir innovaciones y mejoras en todo el escenario instruccional. De hecho, no podemos concebir una interpretación clara y concisa de la misma sin observar detenidamente el entorno que nos rodea y desde luego no podemos remitirnos solamente  a los que consideramos más próximos.
En primer lugar, debemos ser conscientes de que vivimos en un planeta globalizado, en el marco occidental del Primer Mundo, en un sistema capitalista y consumista que está dominado por los cánones del mercado e invadido por las Nuevas Tecnologías que conforman cada día más nuestra manera de ser y relacionarnos con los demás. Paralelamente a esta cuestión, percibimos sin ofrecer apenas resistencia como los “Mass Media” y la moda ejerce una gran influencia sobre nuestra manera de vivir, pensar y consumir además de configurar nuestros patrones de conducta hacia una dirección preestablecida.
Por otra parte, formamos parte de una sociedad industrial caracterizada por las grandes revoluciones tecnológicas que han producido una enorme incidencia en todos los ámbitos en los que se desenvuelven las personas. Este hecho conlleva un camino lleno de infinitas posibilidades de acción pero también una gran responsabilidad.
En consecuencia, debemos prestar gran atención a cómo se produce, reproduce, percibe, transmite e interpreta la información y qué fuentes son más o menos fiables. El mensaje que transmite la familia, los medios de comunicación, las escuela y en general la sociedad de la información no siempre es el adecuado y en ocasiones no se interpreta adecuadamente. Para alcanzar este nivel de abstracción debemos aprender a reflexionar, interpretar y procesar la información y analizar la vinculación que tiene ésta en el desempeño de nuestra vida en sociedad.
Una vez clarificadas las cuestiones contextuales, podemos afirmar que la educación es una herramienta que utilizamos (adecuadamente o no) para resolver los problemas que se nos van planteando en la vida. Ésta se nos presenta como un sistema complejo compuesto por múltiples parcelas como el “sí mismo”, la familia, la pareja, los amigos, la escuela, el trabajo y el entorno social que nos rodea, lo que precisa de la interpretación adecuada del conocimiento disponible y de la adquisición continuada de habilidades y destrezas para desenvolvernos en nuestro ecosistema.
Todo este proceso de aprendizaje, adaptación, aclimatación y ensayo-error se activa a partir de una socialización temprana (a través de la familia y la escuela) y una posterior maduración e internalización de los aprendizajes que se debe renovar a partir de las nuevas experiencias y  que debe culminar con la actualización permanente del conocimiento disponible.
El  hecho de analizar profundamente nuestra realidad, tanto personal como próxima o global tiene gran relevancia y repercusión a la hora de establecer cambios, mejoras y buscar posibles soluciones a las dificultades con las que nos vamos a enfrentar. Siendo ésta una tarea bastante compleja y controvertida por las infinitas aportaciones divergentes que genera, no es fácil llegar a un consenso adecuado para todos.
Por otro lado,  podría vincularse dicha responsabilidad a la labor de políticos, profesores, padres o  profesionales (de cada especialidad) pero más que un trabajo individualizado, balcanizado o departamentalizado, esta cuestión debe abordarse desde una perspectiva  holística, de apoyo y cooperación. Por ello hay que insistir en la necesidad de no aislar las variables sino  de todo lo contrario relacionarlas.
En la medida en que participen mayor número de agentes (no sólo políticos, legisladores y expertos) en los procesos educativos, éstos cobrarán un mayor carácter democrático y equitativo y además se podrá producir un acercamiento a los casos más específicos que precisen de una atención individualizada.
Pasando a otra cuestión no menos importante, hemos de tener claro el hecho de que la falta de educación es tan negativa como la “mala educación” por lo que luchar contra los procesos que distorsionan la realidad deben llevarnos a ser críticos y cuestionarnos tanto los orígenes de difusión de información como los mensajes que portan las fuentes “no científicas” también llamadas pseudociencia. De ahí la necesidad de inspeccionar la trayectoria de aprendizaje de cada sujeto y de cada sociedad, las familias, la escuela, los medios de comunicación, las nuevas tecnologías, los libros de texto etc.…
Todas las fuentes de conocimiento mencionadas en el párrafo anterior son susceptibles de emitir mensajes “poco fiables” y en última instancia también debemos tener en cuenta si el tipo de aprendizaje que lleva a cabo el sujeto es el adecuado y si el profesor, maestro, educador o responsable de transmitir el mensaje está capacitado para discernir la validez y pertinencia de lo transmitido.
Evaluando cómo se engendran todos los problemas citados y a través de una ciencia multidisciplinar como la Pedagogía podemos de-construir situaciones que producen efectos no deseados y construir nuevos soportes de conocimiento válido. Faure (1972: 116) añade:
“La educación, por el conocimiento que proporciona del ambiente donde se ejerce, puede ayudar a la sociedad a tomar conciencia de sus propios problemas y que, a condición de dirigir sus esfuerzos a la formación de hombres completos, comprometidos conscientemente en el camino de su emancipación colectiva e individual, ella puede contribuir en gran manera a la transformación y la humanización de las sociedades”1
 En virtud de todo lo expuesto, debemos elaborar estrategias eficaces y eficientes para ofrecer soluciones a la multiplicidad de problemas educativos que originan un marco social indeseable, inestable e imprevisible, como es el que caracteriza a nuestra sociedad actual.
 
Autor del artículo educativo:
TEMES SERRANO, Daniel Alejandro (2010). "Proyecto de Difusión Pedagógica e Inclusión Digital". Santa Cruz de Tenerife (Islas Canarias-España) [registrado]