martes, 10 de julio de 2012

SOBRE LA VIOLENCIA JUVENIL: aclaraciones, motivos y análisis.


E
En respuesta, apoyo y refuerzo al artículo de Don Sergio García, relativo a La Violencia Juvenil
(aquí les facilito otro enlace para visionar el artículo:
(publicado por el “diariodeavisos.com” 26/03/2012 ), en primera instancia, sólo me cabe felicitarle por su clara y concisa exposición  sobre “un problema social” que nos atañe a todos: padres y madres, colegios, agentes educativos, organismos oficiales, ONGs y sociedad en general.

Antes de comenzar a debatir la cuestión que nos atañe (su artículo propiamente dicho), me gustaría hacerle una recomendación –tanto a usted como a su público- respecto a unos enlaces y comentarios que he compartido con mis usuarios/as hace algunas semanas, en el muro de mi espacio “Respuesta Social Tenerife (“Temes Rst”) –recién inaugurado hace aproximadamente un mes-, por si no ha tenido la oportunidad de visualizarlos (aprovecho la oportunidad para invitarles formalmente a participar y expresarse libremente siempre que quieran)

Si me lo permite, me limitaré a “copiar y pegar” dichos enlaces (los 3  que considero más relevantes), bajo estas líneas, en el mismo contexto espacio-temporal en el que fueron editados:

Mi primer comentario enlazado con la temática de la violencia. Surgió a raíz de las importantes revueltas en Barcelona, y el reflejo de las mismas en la portada de “The New York Times”:

<<Lo que importa e interesa es no ser conformista y expresarse adecuadamente y sin utilizar la violencia. Dicen que "cuando pierdes las formas, pierdes la razón". Que se lo digan a las "revueltas violentas". Yo podré estar disgustado, cabreado, enfadado por una injusticia, decepcionado, irascible, pero mis armas (hasta el día de hoy) han sido siempre el diálogo, el debate y la crítica fundamentada por una buena argumentación. Quejarse es necesario para cambiar el sistema pero no a cualquier precio>> (Daniel A. Temes Serrano 2012)

En mi segundo comentario, rescato de entre “mis archivos”, un videoclip Youtube, que considero que tiene tanta fuerza como razón:

<<Temes Rst recomienda ==> “SENTIDO COMÚN DE UN JUEZ DE MENORES. EJEMPLO A SEGUIR.” http://www.youtube.com/watch?v=eXfs_4rZUZk  

“(…) A menudo me suelen preguntar sobre muchos aspectos de la educación. Pero sobre todo, suelen preguntarme por ¿Qué estilo educativo (respecto a la crianza y socialización primaria) suele ser el más adecuado? Como síntesis de las numerosas publicaciones que ya existen al  respecto, señalaré que existe dos indicadores o variables primordiales a tener en cuenta: por un lado, el control, las exigencias y lo normativo (llamémosle A) y por otra parte, el cariño, el afecto y la comunicación (llamémosle B). A partir de estas circunstancias surgen 4 tipologías “generales” de padres y madres que se pueden diferenciar en base al porcentaje de A y B que apliquen en la educación de sus hijos/as.

NEGLIGENTE: 0% de A y B. (Ni control ni cariño).
PERMISIVO: 50% de B. (Solo afecto y comunicación).
DEMOCRÁTICO: 50% de A y 50% de B. (Modelo ideal: cariño y normas por partes iguales).
AUTORITARIO: 50% de A. (Solo se rigen por las normas; educación más “militarizada”.)

Tras esta breve descripción os recomiendo encarecidamente visionar este vídeo No es nuevo, pero organizando y ordenando archivos de mi correo y discos duros, recuperé un “clip de video de 10 minutos” (de hace unos años) que responde (en gran medida) a “esa pregunta que me hacen tantos, sobre el porqué de la situación actual con los menores”. Aunque siempre suelo apoyar la pedagogía y la psicología conductista, es verdad que la mayoría de las ocasiones se debería delegar más en la razón y en el sentido común que en la tendencia al empoderamiento del menor (en cuanto a sus derechos y no en cuanto a sus deberes).

 [Os dejo también una fuente más ampliada que versa sobre las 4 tipologías mencionadas, pero de una manera más exhaustiva, por si necesitáis ampliar la información http://www.scielo.cl/scielo.php?pid=s0718-07052005000200011&script=sci_arttext  ] (…)”>>(Daniel A. Temes Serrano 2012).

Para finalizar, y no fundamentar solamente  su articulo a base de analogías y similitudes de “otros artículos paralelos”, le muestro mi tercer ejemplo antes de empezar con su artículo:
 
<<“(…) El aprendizaje vicario, por observación o imitativo, a través del cuál se produce el aprendizaje de niños y adultos, nos debería inducir o instar a un deber de control sobre dos factores vitales: por una parte, sobre el modelo del que se aprende (revisando periódicamente la fuente de la que emana el conocimiento); y por otra, sobre el efecto producido o que “puede llegar a producir” en la conducta del educando.

Es nuestra responsabilidad mediar siempre entre el emisor y su destino (destinatario), sin llegar a (la drástica postura de) “interceptar” o “censurar” el mensaje (de sujetos o medios de comunicación), pero sí, teniendo muy en cuenta la trayectoria y/o trascendencia del mismo en el individuo y por “ende”, en la sociedad donde éste o ésta se ubica.

Nunca debería preponderar el éxito de una publicidad comercial o de marketing sobre el destino de las personas.(…)” En esta ocasión me gustaría mostraros un vídeo (que tampoco es nuevo y lo más probable es que algun@ de vosotros ya lo haya podido ver), que resulta bastante elocuente. En este caso, abogo por este tipo de vídeos (como el anterior que publiqué en mi Facebook “Temes RST” sobre el juez de menores): pedagógicos y con un mensaje que no busca sino concienciar (al menos según mi parecer).
http://www.youtube.com/watch?v=SJF50kwwRJE >> (Daniel A. Temes Serrano 2012).

Metidos ya en materia con su artículo. Desde su primer párrafo estoy de acuerdo en que “las situaciones generadoras de violencias son permanentes”. En este punto existen muchas variables, de entre las cuales destaco la socialización primaria, es decir, la función de los padres y madres en la educación. ¿Qué influye? El paso y cambio de “La letra con sangre entra”, “La represión de la Escuela Tradicional de nuestros padres y abuelos” a el exceso de libertad y falta de control. Por otra parte, con la incorporación y equiparación igualitaria de la mujer en el mundo laboral (hecho con el cuál estoy totalmente de acuerdo) se crea un “nuevo vacío en el hogar” que no se sabe llenar (con los dos referentes paternos y maternos en el trabajo, ya no está esa presencia y ese control; dado que muchos padres y madres no pueden, no saben o no quieren conciliar el trabajo con las tareas del hogar).

Otro gran bloque, lo constituye la legislación. En este punto seré breve pero claro. También estoy a favor de que se protejan los derechos de la infancia pero, no por ello, se vulneren los derechos de padres, madres, profesoras, profesores y adultos en general. La ley debería contemplar “casos específicos”: no todo padre que castigue a su hijo, o le reprima severamente (sin llegar al maltrato físico) debería ir a la cárcel. Por otro lado, existe una obligatoriedad relativa a la asistencia y permanencia de los menores en los centros educativos, y debiera ser obligación moral y social de todos que este factor se cumpla. Me refiero a las grandísimas cifras de absentismo escolar que debieran estar vigiladas, no sólo por colegios y padres, sino también por el resto de la sociedad.

El último bloque que me gustaría (solamente) citar, es la necesaria coordinación, control, colaboración y coherencia comunicativa entre: alumnos/as; padres y madres; profesores/as; entorno social y medios de comunicación. Debería existir comunicación “multidireccional” y con el mismo mensaje. Es decir, si en el colegio fomentan por ejemplo:
“Que la educación ambiental es importante” Si la madre lo apoya, el padre no, la televisión si, los amigos no y en el colegio no se ponen de acuerdo y en Internet no encuentran respuestas, la mente del menor se verá confundida y no pensará por si misma, puesto que no tiene un modelo homogéneo que seguir.

No sólo los niños que han sido maltratados van a reproducir el mensaje. De igual manera que no todos los hijos de alcohólicos/as lo serán en el futuro. De la misma manera, existen niños y niñas que a priori lo tienen “todo” y aún así delinquen, porque en ese “todo” (buenísimos colegios, ropas caras, viajes, motos, coches, cuantiosas pagas etc.), los padres se olvidaron en incluir la transversalidad, es decir, valores, moral, ética y en fin, en mi opinión, los pilares en los que se debería fundamentar una sociedad desarrollada y civilizada. Pero al parecer, los valores no están tan de moda como los “masters novedosos”, “los idiomas”, “los temarios de oposiciones” y otras disciplinas con las que no es que esté en contra, pero siempre he pensado que educación y enseñanza deberían ser complementarios no sustitutivos.

No quisiera finalizar sin hacer mención a un importantísimo último mensaje relacionado con: los centros de menores, las casas de acogidas, casas tuteladas, albergues y demás centros de menores.Debemos recordar que aunque una de las funciones fundamentales e históricas de los centros educativos es la guardia y custodia, no podemos concebir una educación y reinserción social en el siglo XXI, sin complementar dicha función con profesionalidad, tanto en la gestión de recursos económicos como en los materiales y humanos. Digo esto, porque tanto en Canarias como en el resto de España, muchas veces se delegan grandes cantidades económicas para los citados centros (a veces de dudosas pretensiones) y no se cumplen muchas veces los requisitos mínimos de calidad respecto a el ratio de trabajadores por centro, sus condiciones de seguridad, la formación específica del personal y demás normativas internas.

Termino, a modo de recapitulación, con algunas preguntas que pueden hacernos reflexionar:

¿Qué ocurriría si en las discotecas pusieran guardias jurados o vigilantes de seguridad titulados en lugar de (muchas veces) “matones” o porteros sin formación?

¿Qué pasaría si se hiciese el mismo hincapié en la calidad de los centros formales (colegios, institutos, universidades) que en los no formales (academias, centros de menores, centros de mayores, asociaciones en general)?

¿Qué pasaría si la policía, en lugar de “reducir” al agresor, se limitara dar “porrazos”?

¿Qué sucedería si en la televisión sólo pusieran fútbol y “salsa rosa”?

Si no nos interesamos por conocer la rutina, hábitos y centros de interés de nuestros hijos;  o por pasar más tiempo comunicando y compartiendo con ellos; o controlando sus progresos (tratando de compartirlos), etc. ¿Es legítimo que luego nos quejemos por su conducta y apliquemos medidas drásticas cuando ya no hay solución? 

 (Daniel A. Temes Serrano 26/03/2012)